Completado el traslado de las unidades del hospital materno-infantil a las nuevas instalaciones del Xeral

Un equipo de más de cincuenta profesionales del Hospital Universitario de Ourense completó este miércoles el traslado de las unidades del hospital materno-infantil a las nuevas instalaciones del Hospital Xeral.
Este operativo, explican desde el Sergas, implicó el traslado de pacientes, equipamiento clínico y personal sanitario, y fue posible "gracias a una planificación previamente diseñada que combinó eficacia, coordinación y anticipación".
José Antonio Ortigueira Espinosa, director de Atención Hospitalaria, y Josefa Rodríguez Araujo, directora de Enfermería del Área Sanitaria de Ourense, Verín y O Barco de Valdeorras, coordinaron este dispositivo, que finalizó "sin incidentes y con éxito en su ejecución", según señala el área sanitaria. El plan establecía la activación progresiva de las distintas áreas asistenciales en el nuevo edificio, permitiendo mantener la continuidad de la atención en todo momento.
Desde el área sanitaria explican que "detrás del éxito de esta operación estuvo el trabajo conjunto de un equipo multidisciplinar formado por personal de enfermería, facultativos de los servicios implicados, personal de mantenimiento, técnicos de informática, electromedicina, responsables de logística, limpieza, admisión y los equipos de dirección y supervisión de las áreas correspondientes".
La planificación, aseguran, llevaba semanas en marcha, y según José Antonio Ortigueira, "el objetivo principal era garantizar la seguridad de las pacientes y la continuidad de la actividad asistencial, y hemos logrado ambas cosas gracias a un trabajo perfectamente engranado".
El nuevo Hospital Xeral acoge ahora los servicios de obstetricia, ginecología, neonatología y pediatría en un espacio "más moderno, funcional y accesible", tal como aseguran desde el área sanitaria, pese a las múltiples críticas recibidas en las últimas semanas por parte de varios colectivos que denuncian que las nuevas instalaciones "no cumplen con los requisitos mínimos exigibles", especialmente en lo que respecta a la sala de partos.
No obstante, el Sergas insiste en que con el traslado "se da un paso adelante en la reorganización de la atención hospitalaria, con una apuesta clara por la centralización de servicios en entornos más eficientes y humanizados".
El doctor Ortigueira destaca que "el traslado al edificio Cristal del Hospital Xeral responde no solo a una cuestión estructural, sino también a una mejora significativa en la calidad asistencial y funcional".
En el área de pediatría, ya ubicada en la cuarta planta del edificio Cristal, la hospitalización convencional se sitúa ahora en un entorno más amplio y climatizado, mientras que los ingresos de salud mental infanto-juvenil cuentan con habitaciones específicas. También se han unificado los cuidados intensivos neonatales y pediátricos en un espacio común, renovado y con equipamiento actualizado.
En el área de obstetricia, situada en la primera planta del edificio Cristal, se han reorganizado los espacios para favorecer la proximidad y la eficiencia asistencial. Las nuevas habitaciones están reformadas, humanizadas e incluyen salas de lactancia y cuidados infantiles, mejorando la experiencia de las gestantes.
En la zona de partos, ubicada en la primera planta del edificio quirúrgico, la prioridad fue, según el Sergas, la seguridad clínica y arquitectónica. Las nuevas instalaciones, insisten, aunque provisionales, superan en calidad a las anteriores: cuentan con cinco salas de dilatación, un paritorio y un quirófano climatizados, con luz natural y acceso directo a la UCI neonatal. Todo ello, dicen, permite garantizar partos con privacidad, acompañamiento y respuesta inmediata ante urgencias, a pesar de la opinión de colectivos como Arrolos de Teta o la Asociación de Matronas de Galicia, que llevan tiempo advirtiendo de las carencias de las nuevas instalaciones.
El traslado se produce pocos días después de un nuevo desprendimiento en uno de los falsos techos del hospital materno, el cuarto en año y medio, lo que evidencia la falta de mantenimiento de unas instalaciones que desde hace tiempo se encontraban en un estado próximo al abandono.