Descubriendo el patrimonio: el Castillo de Maceda

El Castillo de Maceda es, sin duda, una de las fortalezas más emblemáticas de Galicia. Con orígenes en los siglos XI o XII, su torre del homenaje, uno de los elementos más antiguos, sigue siendo testigo de su función defensiva original. Fue construido probablemente por mandato real para proteger la zona y, con el tiempo, se convirtió en un importante símbolo de poder.
En el siglo XII, el castillo pasó a ser parte de la dote de Doña María Fernández, hija del conde de Traba y de Teresa de León, condesa de Portugal. Tras su matrimonio con Xoán Ares de Novoa, la fortaleza se integró en la familia Novoa. De esta familia aún se conserva su escudo en los muros del castillo.
A lo largo de su historia, el castillo sufrió varios ataques, siendo el más importante durante la Revuelta Irmandiña a finales del siglo XV. En este conflicto, las fuerzas rebeldes destruyeron gran parte de la fortaleza. A pesar de los daños, el castillo fue reconstruido y siguió funcionando como residencia señorial durante siglos.
Tras caer en un largo período de abandono, la fortaleza fue declarada Monumento Histórico-Artístico en el año 1949 y, en 1994, obtuvo también la declaración de Bien de Interés Cultural. En 2003, la Xunta y el Concello de Maceda comenzaron su recons-trucción. Hoy en día, se ha convertido en el Hotel Monumento Castelo de Maceda.
Residencia de Alfonso X El Sabio
Uno de los episodios más significativos ligados al castillo es la estancia del futuro Alfonso X el Sabio, rey de León, Castilla y Galicia. Nacido en Toledo en 1221, Alfonso fue enviado de niño a Galicia para ser cuidado por el noble García Fernández de Villamayor y su esposa Mayor Arias. Se cree que el pequeño príncipe pasó parte de su infancia en Maceda, lo que explicaría por qué su padre, el rey Fernando III, le otorgó una villa en el municipio en agradecimiento a los servicios prestados por García Fernández.
Durante su estancia en Maceda, Alfonso X pudo haber estado en contacto con el idioma galaico-portugués, lo que algunos consideran que influyó en la creación de sus famosas Cantigas, una de las más importantes producciones literarias de la Edad Media. Aunque otras localidades, como Allariz, también reclaman este vínculo, en Maceda están convencidos de que fue en su castillo donde el futuro monarca pasó su niñez, y es motivo de orgullo para los habitantes del municipio. Por eso, la tradición asegura que fue aquí donde aprendió el idioma gallego.