Descubriendo el Patrimonio: la capilla de San Miguel de Celanova

Situada en el jardín del Monasterio de San Salvador de Celanova se encuentra la capilla de San Miguel, una joya del arte prerrománico mozárabe. Pero este templo, uno de los más antiguos y singulares de Galicia, esconde guarda entre sus muros un fenómeno que, cada año, reúne a vecinos, visitantes y amantes de la astronomía.
Su historia se remota al sigo X y su construcción se atrubuye a San Rosendo, fundador del monasterio de San Salvador, la joya arquitectónica más reconocida de este concello y una de las más importantes de patrimonio no solo de la provincia, sino de toda Galicia.
Sobre su origen hay diversas teorías. Algunas, apuntan a que fue edificada como un recinto funerario para el hermano de San Rosendo. Otras, sostienen que fue un oratorio personal, creado por ambos hermanos. Sea cual fuere, hoy en día el lugar se ha convertido en uno de los puntos más singulares de toda la región, ya que se trata de una de las construcciones más importantes del arte mozárabe en el noroeste de la península ibérica y es especialmente destacada por su pequeño tamaño y su buen estado de conservación.
La capilla presenta un estilo mozárabe, influenciado por la cultura islámica debido a la vinculación de la familia de San Rosendo con dicha cultura. Esta influencia es visible en los elementos arquitectónicos y decorativos del edificio, lo que sugiere, según diversos estudios, que el autor de la obra pudo pertenecer a la escuela de maestros de la Mezquita de Córdoba.
LOS EQUINOCCIOS EN LA CAPILLA DE SAN MIGUEL
Pero esta pequeña capilla, de tan solo 8,5 metros de largo por 3,85 metros de ancho, aproximadamente guarda entre sus muros un secreto: dos veces al año, durante los equinoccios de primavera y otoño, los rayos del sol penetran por las pequeñas ventanas de la capilla al amanecer, formando una estrella perfecta de luz en su interior.
Este fenómeno solo ocurre durante esos días concretos, normalmente entre el 19 y 21 de marzo y entre el 21 y 24 de septiembre, y depende de la alineación exacta del sol con la orientación de la capilla. Por eso, atrae a numerosos visitantes, fotógrafos y vecinos y curiosos, quienes acuden a presenciar este momento especial que marca simbólicamente el cambio de estaciones.
Este fenómeno, estrechamente vinculado a los movimientos de la Tierra y el Sol, ha sido tradicionalmente un motivo de interés y misterio. Hay incluso quienes relacionan este fenómeno con antiguas creencias y rituales de culturas anteriores, como los celtas, que veneraban el cambio de estaciones.
Cada año, el Concello de Celanova organiza visitas guiadas para que el público pueda vivir la experiencia del fenómeno de los equinoccios, agotando las plazas disponibles en casi todas las ocasiones. Además, se puede visitar durante todo el año.
Su arquitectura y su tamaño, que la convierten en la capilla mozárabe más pequeña del noroeste peninsular, sumadas a este curioso fenómeno astronómico, lograron que en 1923 fuera declarada Monumento Nacional, sumándose a otros lugares de gran interés patrimonial de la provincia como Santo Estevo de Ribas de Sil, el monasterio de San Pedro de Rocas, en Nogueira de Ramuín, el monasterio de Oseira y el claustro de San Francisco, en Ourense.