El IV Campeonato de Tapas y Pinchos de Galicia consolidó a la provincia de Ourense como epicentro de la innovación gastronómica

El IV Campeonato de Tapas y Pinchos de Galicia – Ribeira Sacra reunió a cerca de cuarenta cocineros procedentes de las cuatro provincias gallegas en una jornada que ha consolidado el certamen como un referente de la hostelería de la comunidad.
El histórico Monasterio de San Pedro de Rocas, en Esgos, se convirtió en el escenario de esta cita culinaria, en la que los participantes mostraron lo mejor de la cocina en miniatura de Galicia. Entre aromas, texturas y sabores, se proclamaron los ganadores de la cuarta edición, reforzando a la provincia de Ourense como epicentro de la innovación gastronómica.
El primer premio recayó en Samuel Moreno, del restaurante O Campanario en Nogueira de Ramuín, con su creación ‘Lume na Terra’, un bocado de marrón glace con costilla desmechada diseñado para disfrutarse en uno o dos bocados, que combina sabor, equilibrio y practicidad en formato reducido. Moreno recibió una dotación de 1.500 euros en productos del Grupo Hermi, un estuche de Povarelo y un diploma acreditativo.
Los segundos clasificados fueron Judicael Romero y Alberto Fernández, del Hotel Restaurante Pallabarro de Allariz, con su propuesta ‘Morriña’, un bollo relleno de tendones confitados y colágeno ahumado, mientras que Javier Salgado, de La Tula en Vigo, logró el tercer lugar con su ‘Tartaleta de salmonete’, un bocado que combina mar y tierra con un toque cítrico y crujiente. Los tres ganadores recibieron además obsequios cortesía de Cafés Candelas, colaboradores del certamen.
El campeonato también reconoció la creatividad y la innovación de los participantes con menciones especiales. Entre ellas destacaron propuestas como ‘Beso Atlántico’ de Café Vanessa en Ferrol, la tapa más innovadora de Rubén González con ‘El canto del gallo’, la creación sin gluten de Beatriz Alcalá, y la propuesta sostenible de Braise Gómez con su ‘Tartaleta de filloa de castaña’. Los maridajes con cerveza, vermut o vinos de la Ribeira Sacra también tuvieron su protagonismo, premiando elaboraciones que unieron tradición y producto local.
Organizado por la Academia de la Tapa y el Pintxo de España, el certamen contó con la colaboración de empresas locales, asociaciones de cocineros y patrocinadores que hicieron posible un reparto de premios superior a los 3.000 euros. La Ribeira Sacra, con su paisaje, su vino y su gastronomía, volvió a demostrar que es un destino privilegiado para disfrutar de la cocina gallega en miniatura.