La Alameda de Allariz acoge la exposición ‘A Casa de Galicia. 50 años de la Casa de Rosalía’

Desde este martes, la Alameda de Allariz acoge la exposición ‘A Casa de Galicia. 50 años de la Casa de Rosalía’, una muestra que recorre la historia de este emblemático museo y recuerda el hito colectivo que supuso, en pleno franquismo, lograr comprar, restaurar y convertir la casa de A Matanza en un espacio museístico, gracias a la colaboración de miles de personas.
Comisariada por Pepe Barro —autor también de la museografía de la Casa-Museo—, la exposición podrá visitarse hasta el 13 de junio. A través de paneles y materiales gráficos, la muestra repasa la trayectoria de la Casa de Rosalía desde su apertura al público el 15 de julio de 1971, un hecho histórico posible por la implicación popular y el apoyo tanto de entidades gallegas como de la emigración. El Patronato Rosalía, fundado en 1947, se convirtió en un espacio de resistencia cultural y galleguismo, organizando actos como la Misa de Rosalía en Bonaval, que funcionaban como encuentros simbólicos de afirmación identitaria.
La historia de la Casa de Rosalía es, en esencia, la historia de un esfuerzo colectivo. Tras el fallecimiento de la autora, la casa de A Matanza quedó abandonada, y no fue hasta 1946 cuando Xosé Villar Granjel y Xosé Mosquera lograron adquirirla. La primera restauración se llevó a cabo en 1951, siguiendo los planos del arquitecto Gómez Román. Sin embargo, no fue hasta 1971 —bajo la presidencia de Sixto Seco y con el impulso del arquitecto Fernández-Albalat— cuando se inauguró como Casa-Museo. La dirección y montaje del museo estuvo a cargo de Xosé Filgueira Valverde.
El proyecto culminó gracias a una extraordinaria respuesta social. La propuesta, impulsada por José Manuel Rey de Viana en el acto del Pedrón de Ouro de 1970, dio lugar a una campaña de recogida de fondos que movilizó a toda Galicia y a la diáspora. Se organizaron colectas populares en villas y ciudades, así como en numerosos centros gallegos del exterior. Más de 60 ayuntamientos, entidades financieras, equipos deportivos como el Celta de Vigo, la Federación Gallega de Ciclismo y una multitud de asociaciones culturales se sumaron a la iniciativa. En total, se recaudaron 994.043 pesetas en 1971, una cifra que da muestra del compromiso y la ilusión compartida por preservar el legado de Rosalía de Castro.