La voz de los alcaldes: Juan Carlos González Carbajales, alcalde de Pontedeva

Juan Carlos González Carbajales, alcalde de Pontedeva, un municipio rural de aproximadamente 450 habitantes, explica cómo afronta los principales desafíos de su municipio, desde la despoblación hasta el desarrollo económico.
Explíquenos un poco cómo comenzó en la política y cómo se vinculó a su partido.
Comencé en 2003 formando parte de una asociación vecinal que creamos porque pensábamos que había necesidades en el municipio. Un día fuimos a pedir una ayuda a la Diputación y ahí me di cuenta de que había cosas para las que era necesario estar en la política, porque con la asociación conseguíamos muy poco. Yo tenía muchas ganas de hacer cosas, mucha ilusión, y así empecé. Primero quise ir al PP, porque mi padre ya había estado en las listas con el anterior alcalde, pero en el último momento, cuando iban a cerrar las listas, me dijeron que no, entonces decidí crear un partido político. Nos presentamos a las elecciones y fuimos la clave, le robamos un voto al PP que fue la clave para gobernar, aunque también nos costó ir al Tribunal Constitucional de Madrid. Al final, gobernó el anterior alcalde, yo estuve en la oposición y luego el PP decidió llamarme y me presenté con ellos.
¿Cómo dio el salto o recibió el impulso para ser alcalde?
Yo era una persona muy activa, quizás demasiado activa. No podía estar quieto, necesitaba hacer cosas. Tengo mucha ilusión por hacer cosas a nivel particular, profesional y municipal. Me gusta, siempre he tenido mucha ilusión por hacer cosas y eso me llevó a meterme en política y, al final, a ser alcalde. Pensé que era la única posibilidad para llevar a cabo todas esas cosas que quería hacer por el pueblo.
A nivel personal, ¿qué sacrificios supone formar parte del Gobierno del Ayuntamiento?
Considero que fue, por un lado, la mejor decisión que tomé y por otro, la peor. Me afectó mucho a nivel personal y familiar. En los municipios pequeños es difícil estar en política. Aparte de que no tenemos ninguna asignación económica, requiere una dedicación continua las 24 horas del día. Estás todo el día preocupado, todo el rato piensas en el ayuntamiento, en los problemas que hay en el día a día. Porque aquí, en un municipio pequeño, los vecinos no llaman al ayuntamiento, te llaman a ti. Lo mismo con las empresas, cada problema hay que personalizarlo y eso te afecta mucho.
En mi caso, me afecta especialmente la relación con los vecinos porque soy muy de pueblo. Cuando no haces algo bien se nota, los vecinos te reprochan, te recriminan cosas, lo cual me parece lógico, pero también pasa una gran factura a nivel emocional. Pensé que con los años me pasaría, pero la verdad es que cada vez me afecta más.
¿Y beneficios?
Me alegro de pensar en todo lo que hemos hecho y en todo lo que trabajamos. Conozco a mucha gente, a muchos políticos, me llevé mucha experiencia y muchos conocimientos, eso es muy positivo. Obviamente, también el agradecimiento de la gente.
¿Cómo equilibra la vida pública y la privada?
Muy, muy difícil. No llegas a casa y paras, llegas a casa y piensas en los problemas del ayuntamiento. Es una preocupación latente, constante, es realmente difícil. Al final, trabajas toda la semana para el ayuntamiento y los fines de semana en actos de partido. Y soy una persona comprometida, si estoy, estoy. Pasa factura en la familia, en casa y en la empresa. Para mí, por el lado empresarial y familiar, presentarme en política fue el peor error que cometí.
¿Cuáles son sus objetivos a nivel político?
Exactamente los mismos con los que empecé. Somos un municipio rural, con un problema muy grande de despoblación. Estamos en una zona que tiene sus ventajas, el entorno natural es precioso, vivimos en una zona privilegiada, pero obviamente tiene las carencias de los pueblos rurales. Por eso, mi preocupación siempre ha sido el asentamiento de la población, que se mantenga la población, y siempre consideré que solo hay dos maneras de hacerlo: el polígono y viviendas. O sea, trabajo y casa.
Siempre tuve muy claro dónde había que poner el foco, porque ese problema añadido que tenemos en este tipo de municipios, que es la despoblación, es muy grave ya que puede hacer que acabemos desapareciendo, no como entidad, sino como pueblo. No me refiero a desaparecer como ayuntamiento porque otro nos absorba, lo que me preocupa es que nos quedemos sin gente. Desaparecer porque ya no haya habitantes sería una desgracia. Es algo que realmente preocupa porque soy de aquí y vivo aquí. Viví en la ciudad, trabajé en grandes capitales, pero mi sitio está aquí. Creo que estamos perdiendo los pueblos, en general, y eso me da mucha pena.
Y si se renueva en la Alcaldía, ¿cuáles son las principales actuaciones previstas?
Seguiría con lo mismo. Trabajo, polígono y vivienda. Ahora tenemos un polígono muy bien estructurado, después de Celanova, Rivadavia y A Cañiza, que son núcleos de población ya bastante fuertes, somos el siguiente núcleo de industrias más potente de la zona. Aquí antes no había nada, cuando empecé a trabajar en esta empresa, todo alrededor era monte. Ahora tenemos el polígono completamente legalizado, urbanizado, con todos los servicios, está bien estructurado y tenemos un plan de ampliación porque sabemos que si hay puestos de trabajo, hay población. Creo que es el único futuro que le queda a esta zona.
El problema es que aquí sigue habiendo muchas casas abandonadas pero la gente no las vende o no las alquila. Nosotros estamos constantemente preguntando, mirando para intentar venderlas, porque hay gente joven de las ciudades que se está viniendo a los pueblos pero no tienen donde vivir. Intentamos que puedan acceder a una vivienda, que se queden. Por ejemplo, hicimos una zona para viviendas que tenemos completamente urbanizada. También hicimos una ludoteca en una de las antiguas escuelas en la que contamos con entre 15 y 20 niños… Seguiría poniendo el foco en eso, trabajo, vivienda y servicios básicos.
¿Cuáles son las principales líneas de su programa?
Tenemos un montón de propuestas siempre sobre la mesa. El agua, el abastecimiento y saneamiento, las vías, el alumbrado público, que renovamos entero. Las paradas de autobús, que renovamos todas. Hicimos dos rutas de senderismo, una zona de autocaravanas, arreglamos las fuentes, los caminos… La Diputación va a hacer un vial importante el año que viene, en la zona de Deva. La verdad es que tenemos un presupuesto tan pequeño que a veces no da para tirar, cubrimos gastos. La verdad es que tanto la Diputación como la Xunta nos están apoyando.
¿Cuáles considera que son las principales necesidades en su municipio?
La vivienda. Ahora mismo, tenemos unos 110, 120 puestos de trabajo. Para ser un municipio de alrededor de 470 habitantes, está muy bien. El problema es que la gente no tiene donde vivir.
¿De qué proyectos se siente más orgulloso?
Primero de todo, del polígono, del plan general para legalizarlo. Nos llevó como siete u ocho años, entre 2007 y 2015 más o menos. Lo hicimos completamente desde cero, aquí antes no había nada. También de las viviendas que hicimos y del lavado de cara que le dimos a las calles, las arreglamos todas. Renovamos las paradas de autobús, llevamos a cabo trabajos en la red de saneamiento…
También la ludoteca, de eso estoy muy orgulloso. Pasamos de tener unas antiguas escuelas cerradas a tener un espacio para los niños abierto todos los días. Llegamos a tener cerca de 30 niños, ahora serán alrededor de 20. También el tema de la limpieza y de los parques infantiles, que ahora hay en todos los pueblos. Además, conseguimos tener dos vehículos de servicio cuando antes no teníamos ninguno. Tenemos desbrozadoras, un local, una persona de limpieza todo el año, cuando antes no había nadie… Además, hicimos un área de autocaravanas que está totalmente acondicionada, rutas de senderismo. Estoy muy orgulloso de todo eso, aunque sigue habiendo muchas carencias.
¿Qué le gustaría que los vecinos vieran en usted como alcalde?
Pues que fui una persona que entró vocacionalmente, y que lo mantengo, que no entré por un interés, que me costó muchísimo, que le dediqué muchísimo tiempo de trabajo y que no pedí nada a cambio. Lo único que quiero es respeto, que sepan que no hubo otra intención más que la que me guió desde el principio. Desde el año 2003 que entré me mantuve casi con la misma ilusión que el primer día, aunque al final los años pasan factura, cansas, pero sí es cierto que siempre mantuve la misma línea de trabajo y dedicación. Quiero que me vean como una persona honrada, nada más.
¿Cómo es su relación con la oposición?
Mala, antes era muy buena. Considero que la persona que está ahora en el PSOE no respeta ni a las personas, ni a los cargos públicos. Entiendo que tiene una finalidad, que puede ser lógica, es sensata, que es ser alcalde algún día, pero pienso que el camino que sigue no es el adecuado.
EN CLAVE PERSONAL
- Edad, estado civil y familiar.
57 años, casado y con dos hijas. - Profesión y formación.
Empresario. - Si no fuera empresario, ¿qué le gustaría ser?
Creo que me adaptaría a cualquier trabajo. - ¿Qué quería ser de mayor?
Pienso que lo mismo que soy ahora. - ¿Qué hace para desconectar?
Escuchar música y andar en moto. - Una virtud.
Soy buena persona. - Un defecto.
Soy desconfiado. - Un consejo para compartir.
No hagas aquello que no quieres que te hagan. - Un libro.
El Nombre de la Rosa. - Una película.
El Padrino 2. - Un grupo de música.
The Rolling Stones y Pink Floyd. - Un hobby
Andar en moto y escuchar música. - Un lugar que visitar.
Machu Picchu. - Una comida y una bebida.
Vino blanco gallego y tortilla. - Una persona admirada.
Amancio Ortega. - Una posesión preciada.
Mi moto. - Un deseo.
Vivir con salud hasta una edad aceptable. - Algo para olvidar.
A veces mi propio comportamiento, alguna vez, no muchas, que hice algo que no debería y me avergüenzo. - ¿Qué es lo que más valora en una persona?
Que sea buena persona. - Un desafío pendiente.
Parar, jubilarme pronto. - ¿Dónde se ve en cinco años?
Haciendo las mismas cosas que hago ahora.