'Plantámonos' cerró su segundo encuentro anual celebrado en Allariz con una ruta reivindicativa
Después de un fin de semana marcado por la formación, el segundo encuentro anual del movimiento estatal ‘Nos Plantamos/Nos plantamos’, que se celebró en Allariz durante este fin de semana, finalizó con una jornada protagonizada por una ruta reivindicativa por la comarca de la Limia con el objetivo de dar a conocer de primera mano los impactos de la ganadería industrial.
A lo largo del encuentro se llevaron a cabo diferentes dinámicas y formaciones con el fin de establecer estrategias para denunciar los impactos sociales y ambientales del modelo agroalimentario y poner sobre la mesa los próximos pasos para avanzar en colectivo cara una transición agroecológica en el marco de la soberanía alimentaria como alternativa a la agro industrialización de la producción de alimentos.
Así, se realizaron talleres en materia de comunicación y estrategias de movilización, en los que las personas participantes se articularon en grupos de trabajo sobre temas específicos, como las luchas territoriales en la defensa de una alimentación sana y saludable para las personas y el medioambiente o las amenazas sistémicas que dificultan el avance de los modelos de producción agroecológicos.
El domingo, como parte final del encuentro tuvo lugar la ruta “Outra Limia é posible”. El grupo partió de la Torre da Pena, guiado por las explicaciones del gallego Serafín González, científico del CSIC estatal y presidente de la Sociedad Gallega de Historia Natural (SGHN), que lleva años denunciando la contaminación por nitratos en la Limia, elevando mismo esta denuncia a instituciones europeas, que constataron la existencia de prácticas ilegales en la comarca. De hecho, ya en el año 2017 la propia Unión Europea notificó al Estado español la apertura de un procedimiento de infracción de la Directiva sobre nitratos (Directiva 91/676/CE del Consejo) argumentando que “España no controla sus aguas de manera efectiva, comprometiendo su capacidad para revisar las zonas vulnerables a los nitratos y evaluar la eficacia de los programas de acción, limitando así la eficacia de la legislación”.
La laguna de Antela fue un espacio de gran valor ecológico, no solo para la fauna, concretamente para las aves, sino que también con presencia humana y una significativa actividad agrícola y ganadera, gracias precisamente a la existencia de esa zona húmeda, explican.
La desecación de la misma fue una “intervención destructiva discurrida desde la lógica agroindustrial, que no solo no consiguió revertir ni detener la pérdida de población en la comarca, sino que además causó graves daños ambientales y dio lugar a un tipo de agricultura insostenible en cuanto al empleo de agua y fertilizantes”.
También afectó al cuidado del suelo, denuncian, ya que desecar la laguna dio lugar a una gran superficie de tierra arenosa y pobre en materia orgánica, para practicar una agricultura ajena al tradicional equilibrio con el ganado y el monte de los que se obtenía el estiércol para los cultivos.
Además, después de esta desecación se instalaron una gran cantidad de granjas intensivas, principalmente avícolas y de porcino, que supusieron un nuevo golpe al agua en forma de sobreconsumo y contaminación debida a la ingente cantidad de residuos generados por esta actividad.
Explican que “mientras esta destrucción crecía y se apoderaba del territorio, pequeñas producciones labradoras diversificadas e iniciativas agroecológicas y de protección ambiental resistieron cuidando de la tierra y acercando a las mesas alimentos sanos, nutritivos, sostenibles y de calidad”.
La ruta reivindicativa finalizó en Puente Liñares, donde se hizo hincapié en el grado de contaminación del agua de este río. Allí el ganadero del Sindicato Labrador Gallego-Comisiones Labradoras (SLG-CCLL) Samuel Formoso, acercó la perspectiva labradora sobre la problemática de la Limia en particular, y del modelo agroindustrial en general, así como la alternativa que ofrece la agroecología, y se procedió a la lectura de las conclusiones del encuentro. El objetivo de esta visita fue, por una parte, dar visibilidad a los impactos de la agroindustria a través del ejemplo de la comarca de la Limia y, por otra, poner en valor que también hay producciones labradoras y agroecológicas que funcionan en otra lógica.
Coincidiendo con el Encuentro por la soberanía alimentaria de ‘Nos plantamos/Nos Plantamos’ en Allariz, activistas de diferentes colectivos se acercaron a las instalaciones de Coren en Ourense para exigir una transición agroecológica y denunciar el impacto de la industria agroganadera. Las activistas desplegaron pancartas en las cercanías y devolvieron a la empresa 300 litros de purines.