Un proyecto europeo con base en Ourense busca avanzar hacia modelos agrícolas sostenibles

Tras seis años de investigación, el proyecto europeo SoildiverAgro, liderado por la Universidad de Vigo, celebró esta semana en el campus de Ourense su asamblea final. La iniciativa, financiada con casi siete millones de euros por el programa H2020 de la UE, ha contado con la participación de 22 socios de siete países y ha culminado con una hoja de ruta concreta que combina datos científicos, herramientas prácticas y propuestas políticas para avanzar hacia una agricultura más sostenible desde la base: la biodiversidad del suelo.
Liderado por el investigador David Fernández Calviño, desde la Facultad de Ciencias del campus de Ourense y el Instituto de Agroecología y Alimentación de la UVigo, el proyecto ha involucrado a universidades, centros de investigación, entidades públicas y privadas, y agricultores de España, Finlandia, Bélgica, Alemania, Estonia, Dinamarca y República Checa. En Galicia, han participado también Feuga, el Inorde y el agricultor Rubén Rodríguez.
“La biodiversidad del suelo es clave para construir un modelo agrícola más sostenible, eficiente y resiliente”, afirmó David Fernández durante el encuentro. Según explicó, los suelos europeos se enfrentan a una degradación creciente provocada por el uso intensivo, la baja rotación de cultivos, el abuso de fertilizantes y pesticidas y la pérdida de materia orgánica. Estos factores, añadió, amenazan tanto la productividad como servicios ecosistémicos fundamentales, como la retención de agua, la regulación climática, el control biológico de plagas o la producción de alimentos saludables.
Ciencia aplicada y propuestas políticas
SoildiverAgro ha centrado sus esfuerzos en trasladar a la práctica y a las políticas públicas los conocimientos generados en años de investigación, mediante el análisis de 90 sistemas agrícolas en Europa y la aplicación de prácticas orientadas a mejorar la biodiversidad del suelo sin comprometer la productividad. Entre las medidas destacadas se encuentran el uso de fertilizantes orgánicos, la diversificación de cultivos, el abonado verde, la labranza reducida o el control biológico de plagas.
Uno de los grandes logros del proyecto ha sido identificar estrategias “win-win”, que mejoran el suelo y aumentan o mantienen la rentabilidad de las explotaciones. Además, se definieron objetivos operativos basados en indicadores científicos aplicables en campo y se desarrollaron herramientas clave, como una guía de buenas prácticas agrícolas, adaptada a diferentes regiones europeas, y una aplicación digital de acceso libre que ofrece recomendaciones personalizadas para mejorar la salud del suelo.
Resultados en Galicia: ensayos en A Limia
En Galicia, la fase experimental se desarrolló en parcelas de A Limia con la colaboración del Inorde. Uno de los resultados más exitosos fue el uso de la planta Solanum sisymbriifolium como alternativa biológica a los nematicidas químicos para combatir nematodos en el cultivo de patata. “Encontramos un método biológico que permite reducir significativamente los quistes de esta plaga”, explicó Fernández. Esta línea sigue actualmente en desarrollo dentro del proyecto estatal ReNaturAgri.
También se ensayó la introducción de leguminosas como el chícharo en la rotación de cultivos (sustituyendo al trigo), lo que resultó en una mejora de la fertilidad y biodiversidad del suelo, con un ligero aumento en la producción de patata y una reducción en el uso de fertilizantes nitrogenados.
Por otro lado, se estudió el uso de micorrizas como alternativa al fósforo químico, aunque los resultados no mostraron beneficios significativos ni en prevención de enfermedades ni en aumento de producción, salvo en condiciones muy específicas. Además, se identificó una sobre-fertilización de fósforo en los suelos, lo que sugiere una necesidad urgente de recalibrar su aplicación.
El proyecto también evaluó sistemas de alerta para enfermedades fúngicas, que en algunos casos permitieron reducir considerablemente las dosis de fungicidas, aunque se señaló la necesidad de seguir perfeccionando estas herramientas para garantizar su fiabilidad sin pérdidas productivas.
Una visión de futuro
El enfoque participativo ha sido clave para el éxito del proyecto. A lo largo de estos años se han celebrado encuentros, talleres y entrevistas con agricultores, técnicos y responsables políticos para garantizar que las soluciones propuestas respondieran a la realidad del campo.
Según sus promotores, SoildiverAgro deja un legado relevante tanto científica como políticamente: demuestra que una agricultura sostenible también puede ser rentable, y sienta las bases para nuevas políticas públicas basadas en el rendimiento ambiental. Así, contribuye a un sistema alimentario más justo, seguro y viable desde el punto de vista ecológico.